Grandes proyectos

La estación con altas prestaciones

Transformar las estaciones, conectar personas, abrir nuevas puertas a la ciudad. Así se construye el futuro desde la infraestructura. Nuestra empresa impulsa algunos de los proyectos ferroviarios más ambiciosos del país, interviniendo en nodos estratégicos como Madrid Chamartín Clara Campoamor, Barcelona Sants, el Canal de Acceso a València y Madrid Puerta de Atocha Almudena Grandes. Obras que no solo modernizan el transporte, sino que reconfiguran el entorno urbano y mejoran la vida de millones de personas.

Cada estación renovada, cada acceso soterrado, cada andén adicional es una oportunidad para mejorar la vida cotidiana de miles de personas. Para facilitar sus desplazamientos, acortar tiempos, hacer más cómodo el trayecto. Pero también para transformar el entorno urbano, conectar barrios, liberar espacio público y reimaginar la relación entre ferrocarril y ciudad.

Chamartín, Sants, València o Atocha son nombres propios de este proceso de transformación. Pero detrás de cada uno de ellos hay un mismo impulso colectivo: el de construir una red más conectada, accesible y preparada para los retos del futuro. Porque no se trata solo de llegar más lejos, sino de llegar mejor.
Sants se reinventa como puerta de entrada a una Barcelona más conectada, accesible y pensada para las personas. El proyecto no solo amplía y actualiza la estación, sino que abre espacios, gana luz y crea una nueva relación con el entorno urbano. 
El gran nodo ferroviario del norte de Madrid crece y se transforma. Chamartín es mucho más que una estación: es un centro de conexiones en plena evolución, que se adapta para acoger la alta velocidad del futuro y articular la movilidad del norte peninsular. 
La ampliación de Puerta de Atocha prepara la estación para el futuro inmediato. Nuevas vías de alta velocidad, más andenes y mejores conexiones permiten atender la creciente demanda de viajeros sin perder su carácter emblemático. 
Canal de Acceso a València
El Canal de Acceso de València permite el soterramiento de las vías de entrada a la ciudad, liberando espacio para nuevos bulevares, parques y conexiones. Es la oportunidad de tejer una ciudad en la que los trenes desaparecen del paisaje pero no de la vida.